MÚSICA

Soy un oscuro sonido, que vuela 

entre notas suaves y movimientos 

delicados del creador.

Me sumerjo en paisajes idílicos, 

que no llegan a vislumbrar los ojos 

y pensamientos humanos.

Soy una nota negra en un piano de cola, 

que se mueven tocadas por los delicados 

dedos de su autor.

Solo soy eso, en una gran obra musical.
Poesía entre versos, sin un final...
¡Música que eleva mi alma!

Vuelvo a ti, mientras los truenos y 

relámpagos hacen vibrar los cristales, 

empañados por el calor.

La soledad, me saluda haciendo 

una reverencia, y los acordes me animan 

a abrazarla y a danzar con ella.

¿Qué es la vida? sin estos bellos momentos...

Nuestros pies se elevan como los de los flamencos, 

vuelan altos e imponentes.

Me dejo llevar a lo más alto, donde los cielos 

tienen otros nombres y los mundos son diversos  

y sus criaturas son buenas.

¡Donde no existe la maldad!

De la cual se enorgullecen los hombres.

Mis sentidos se agudizan...

Quiero alabar tu nombre, miles de campanas, 

grandes y pequeñas, resuenan tu nombre.

Las trompetas, anuncian tu gloria.

Y la paz se manifiesta, caigo aletargado 

en los confines del tiempo, tiempos 

y medio tiempo.

Los cañones de las guerras, retumban en mis oídos

y las banderas agujereadas por las balas, de falsos ideales.

caen a tierra.

¡No quiero pensar, quiero dejarme llevar!

Vuelvo a retomar la música, me vuelvo a elevar 

quiero más, el éxtasis de los sentidos lo controla todo

surcan en mi piel corrientes mágicas.

Las horas pasan y el sol se abre paso, 

miles de rayos salen desde la oscuridad

todo cambia de color.

Se dibuja en el cielo una obra única de eternidad.

Ya no soy un oscuro sonido, soy la cumbre de tu creación, 

todo esto es para mí y por mí.

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