Mirad, mirad, mirad...
Los cielos cuentan las obras de sus manos,
las estrellas la mirada de sus ojos
y los astros la armonía de su rostro.
Escuchad, escuchad, escuchad...
Los rayos y truenos que surcas los cielos
son como suaves notas de su voz.
El rocío que cae del cielo, cubre la tierra
como un manto de delicadeza belleza,
germina todo en agradecimiento a su amor.
Los vientos, el granizo y las olas del mar
y las tormentas impetuosas bailan al son de su voz.
Mientras el hombre solo en un invitado más...
¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?
Desespera el poeta al ver la destrucción del planeta,
todo a su alrededor se desmorona.
La naturaleza se rompe a pedazos,
se rompe el equilibrio.
Como un niño rebelde, el hombre no entiende...
Son necios siguiendo a otros necios, más borregos
que ellos, recordad hay tontos bien vestidos.
¡Y más si visten de politicos!
Con su indiferencia miran a sus intereses,
descuidan el cambio climático, las guerras
y aun hasta la propia muerte.
Está en mí, en ti, en ellos el poder ayudar
y cambiar las cosas que pasarán.
Despertad del letargo de la comodidad.
Toca esperar lo que tendremos que pasar,
seremos llevados por las corrientes de las aguas,
quemados por tornados de fuegos,
devorados por las grietas de la tierra.
El hombre será llamado al polvo de la tierra
y con él todas sus obras...
El sentido de la vida, es dar vida y en la vida
radica el amor.
Derechos Reservados – Propiedad Intelectual de la autor.
Se prohíbe su reproducción .
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Foto de la red.
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