sábado, 15 de febrero de 2025

EL ÁGUILA Y EL FARO


No paras de llorar, ¿Hasta cuándo? 
¡Cuándo comenzarás a cantar y a reír!...
El vacío te invade, la soledad y el silencio.
¿Cuándo vas a entender, que no estás solo?

¡Tu fe, mora en ti!...
Dios nunca te ha dejado, ni te dejará, te trajo a este 
mundo para que vivieras y ahora te prepara para morir 
solo. ¡Eres fuerte! y te marcharas de la misma forma.

Sé valiente y baila con la nostalgia, recorre tus 
mundos idealizados, tus viajes no acabados, 
no pienses en el tiempo, ¡Que el tiempo fue!
Recuerda que el tiempo es diferente para Dios.

Abrázate y amate, no busques el amor humano,
que se va con un clic, con una llamada.
¡Que te perdonen los que se quedaron en el camino!
Diste todo en tu vida, en la de ahora y la de antes. 

Fueron montañas muy altas, que tuviste que escalar.
Y en el fondo de tu ser, encontraste un gorrión herido, 
al que cuidaste y que se transformó en un águila. 
¡Que voló muy alto, surcando tormentas cerradas!

La oscuridad no le dejaba ver, pero luchó en silencio
y su vuelo en vertical le enfrió sus alas y su pico. 
Y de pronto, con su elegancia y agilidad, descubrió 
que podía vislumbrar un rayo de sol.

Ahora, es la hora de volar como el águila y llegar 
a ver el sol. Ese sol de justicia, que le dará un nombre nuevo.
El amor le dio las fuerzas, para amar a los que pudo, ahora le encontrareis muerta, en las montañas más altas del mundo.

Y como un gran faro, fuiste y te enfrentaste a grandes 
tormentas, marejadas y vientos en contra, pero tu luz no 
se apagó y llevaste a los navíos y a los hombres, a las orillas
de la seguridad y de la vida.

En un resumen, fuiste un hombre, que se hizo a sí mismo, 
un escalador, un gorrión, un águila y un faro.
Y como el faro de Alejandría, serás historia, recordada 
por algunos y otros no sabrán nunca que es un faro.

¡Y menos el faro de Alejandría!

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Se prohíbe su reproducción .

Foto de la red.

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