La comida esta ofrecida, puesta en las redes.
Puedes elegir tu menú,
¡Tú tienes la decisión de comer!
Una o las que quieras.
Decidió probar, la voracidad por la comida,
le llevo a degustar, sabores asiáticos, orientales,
latinos y cada vez más me hizo adicto,
a pedir por la red.
Los platos llegaban calientes,
¡Quien no se ha comido un buen plato caliente!
Disfrutó mucho de la carne, sus sabores, su purca,
morder y saborear su textura.
Sabéis que hablo del pecado de la carne,
la lujuria se apodera del hombre.
Y tiene experiencias difíciles de olvidar
por su intensidad y sus gemidos.
La pasión y los deseos, que lo hacen único,
sentir y tocar cuerpos, piel contra piel,
lenguas saboreando lenguas, disfrutar de esas
miradas que te desean, que traspasan tu visión
Sentir la atracción hasta complementarse, una a una.
Las piezas encajan perfectamente, cada una
va tomando y entrando en su lugar,
a bases de sollozos.
¡Tres no son multitud, solo tres!...
Ser el dos de tres, escoger posturas, dejándose
llevar, por la dominación, luego tres se va,
está casado y solo quedan dos.
Y esos dos ven el amanecer, entre corridas
y agotamiento, toda la noche se hizo día, con un cuerpo
de una semidiosa, y ellos hombres con tatuajes tribales
marcados en su piel.
Pieles oscuras, pieles blancas, ojos verdes, azules
y marrones, viva la variedad, vivan los sentidos
que disfrutan del sexo,
¡Vivan los recuerdos, colecciona momentos!...
Que desaparecerán, como las corridas
entre los condones que se van a la basura. Igual como
la comida, que nos venden, que nada es lo que parece,
falsa publicidad, y solo es comida chatarra.
Los tres ofrecían amistad, y siempre prometen
volver a quedar, solo fue una comida exprés de doce horas,
para dos. No hay más vínculo que lo sexual.
¡Abra que seguir buscando un menú especial!
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Se prohíbe su reproducción .
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Foto de la red.
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