EL POETA Y SU ÁNGEL

De pronto le vi, sobre su cabeza brillaba el mismo sol, 
en un hermoso día, con un cielo azul, a orillas del mar.
¡Era un ángel, su belleza era especial!

Sus alas brillaban y se quemaban, como 

su rostro y su pelo suelto y ondulado, negro, 

azabache.

Le salude, y admire su belleza, él sonrío...
Esculpido, cual David, de  Miguel Ángel, me dijo 

si yo ¿Era real?

Sonreí y le dije, tan real como la misma muerte.
Me dijo ven hablemos en privado...
Me llevo con su mente, al lugar que él quiso.

¡Todos mis sentidos deseaban tocarle!
Y amarle pero ¡Él era un Ángel!
Me dijo, te quiero mucho y deseo volver a verte...

Pude verle, sin verle, pude oírle, sin oírle. 
Sentí su respiración, nos amamos, sin tocarnos.
Me decía, que se sentía solo y triste.

Había perdido su amor  y lo buscaba en los mundos, 

creados...Y en este le dije, ¡No se ama!

Es un mundo, donde no existe la amistad.

Al oír mi palabra, tendió su mano hacia mí, 

y me dijo bienvenido a mi mundo de la amistad.
¡Tendió un puente de amistad, él que yo acepte!

Me dijo tomo la vida tal como es, tienes que aprender

te quiero mucho y deseo volver a verte.

Ahora debo marchar, el cielo me espera...

Derramo, parte su vida en su pecho, brillo como la aurora 
de la noche, que da paso al amanecer...

Y me dijo, esto es para ti, vida para muchos años, 

¡Años sin fin, donde existirá el amor, a pesar de las distancia!

Ni lo profundo del mar, ni la inmensidad de los cielos terminara

con el amor.   ¡Yo no quería separarme de él!

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