domingo, 7 de julio de 2024

AMISTAD DEL DESTINO


Llegó un ave a nosotros, traída por el viento del norte,
voló miles de kilómetros desde la ciudad Óblast de oriol, en Rusia.
para llegar hasta el corazón de un niño...

Un niño que le llamarían Oriol, ahora un hombre
que se forjó en la fragua, de la vida.
De manos fuertes y marcadas por las heridas.
golpe a golpe, al calor del fuego, forjó su carácter.

Me mostro sus manos y brazos de hierro, marcados por un corte en sus venas que marcó su destino.
ahora para el poeta, esas heridas fueron cubiertas de dorado y oro  
como el ave que simboliza, su nombre marcado en su piel. 
¡Aureolus, dorado y oro!

Él cubrió su herida con tatuajes, de huellas de un felino. 
él dice que es un lince, yo le digo de un tigre.
Para muchos un neófito de la vida, pero con una inteligencia brillante
como la de su padre y su madre, y por las historias de su infancia.

¡Orgulloso de su corazón de hierro forjado!
Él no sabe, qué lo hace más suave y dúctil,
resistente a la fatiga de la vida, en manos del herrero.

Golpe a golpe y la presión necesaria, el amor
deformara su corazón más no, en su esencia.
Y volverá a latir, la apuesta está pactada.

Sus ojos, dos candentes crisoles, que recibieron  
la mirada más sincera de los ojos del poeta.
Que él la recibió, irradiando su belleza.

Hablamos de una amistad sincera ...¡tal vez!
Hablamos de matemáticas y figuras geométricas...
Miles de ideas y pensamientos pasaban  por nuestras mentes.

Desde sumar y multiplicar, el signo más, habríamos signos, 
de paréntesis y añadimos más y más al cierre de paréntesis.
Todas la formulas y ecuaciones matemáticas, en dos corazones.
Que buscan amistad.

El tiempo pasó muy rápido, entre un café y una Coca-Cola,
y una Coca-Cola y un café.
Él escuchaba y reía, y analizaba todo, con su sonrisa seductora de la cual se jactaba y presumía.

¡Puede ser!...

Ambos sonreímos y viajamos desde Japón, 
dando una vuelta al mundo.
Por la novela viajamos de París, bajamos al estrecho de Magallanes,
y subimos a Valparaíso.

No quería que el tiempo terminará, estaba conociendo a un amigo...
¿Quieres subir?... ¡Me dijo solo un momento!
Sonriendo como un truhán, en una partida de ajedrez.
 
Me dice...
¡Yo moví ficha ya!... Vine, subí y te bese. 
Ahora mueves tú, ¿Comenzó la partida? ¡Sí, exclamó!
¡Me gusta tu piel! me dijo...

Pobre poeta, que sufrirás por amor, hazte fuerte me dijo.
Venga, y con una palmada en mi brazo, supongo me entregó su amistad. 
¡Ya veremos! , ¡Ahora me voy!
¿Continuará o no?...  ¡That is the question!

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Foto de la red

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