LA MALDAD DEL HOMBRE

Somos únicos, en este viaje llamado vida...

En la medida que puedas caminar, cuídate de cada cosa

que degustas miras y tocas.

Y no te olvides de los mal agradecidos que encontrarás 

en tu viaje, aquellos que en que el camino, son envidiosos, mala gente, orgullosos y soberbios y que sus raíces están podridas y se consumen por dentro.

Como una vela encendida, que al principio se muestran como una luz y que, poco a poco se van apagando desde dentro,

para dejar una oscura realidad, en el camino de tu vida.

Ya decía Jesús por sus frutos les conoceréis,

Cuánta fruta en los campos tiradas en la tierra, 

para ser comida por las aves de los cielos y animales.

Frutas que no se compran, ¡Que no dan ganancias! 
que no sirven ni siquiera para la plaza de abasto,

y solo para algunos pobres, que no tienen que comer. 

O como las garrapatas que se adhieren junto al camino,

al cuerpo de los hombres.
Prefiriendo los cuellos, los pliegues de las axilas o la ingles 

o rodillas y nuca.

y obviamente a los animales...¡Pero no hablo de esas!

Para luego ingerir toda tu sangre y provocar dolor.

Les llama la atención los seres brillantes, sus colores

su olor, su calor, todo para producir el ataque.

Por todo esto, no dejes de caminar, encontraras de todo en el camino y por la realidad de la vida esto, va a peor... 

"Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios..."

                                                                                                                                                                           2 Timoteo 3:1-5

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